Anemia: una consulta frecuente
El 25 % de la población mundial padece de anemia ferropenica. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS- 2011), la deficiencia de hierro se considera el primer desorden nutricional en el mundo, siendo su incidencia en países en vías de desarrollo 2,5 veces mayor que en países desarrollados.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2005), en Argentina presentan anemia 16% de los menores de 5 años, 35% de los niños de 6-24 meses de edad y 20% de mujeres en edad fértil.
El hierro es fundamental para nuestro organismo ya que participa en muchos procesos metabólicos, especialmente en la formación de la hemoglobina contenida en los glóbulos rojos. La hemoglobina es el principal responsable del transporte de oxígeno a los tejidos y es además esencial para la síntesis del ADN, la respiración celular y para que se lleven a cabo reacciones metabólicas claves, así como para un adecuado funcionamiento del sistema inmunitario.
La deficiencia de hierro y la anemia son problemas de salud pública universal por sus consecuencias sobre la salud de los individuos y sobre aspectos sociales y/o económicos, que afectan en distinto grado a todos los países
En Argentina se han tomado medidas de salud pública que demostraron ser eficaces para disminuir la prevalencia de la deficiencia de hierro y la anemia, como la recomendación de ligadura tardía del cordón umbilical en los partos, las leyes 25459/01 y 25630/02 de fortificación de los alimentos con hierro, zinc y vitaminas, y el acceso gratuito a la suplementación con sulfato ferroso de las mujeres embarazadas y los niños menores de 5 años que se atienden en los centros de atención primaria de la salud pública de todo el país.
La cantidad de hierro que asimila el organismo depende de la cantidad ingerida y de su biodisponibilidad. En la dieta humana el hierro (Fe) se encuentra como hierro hemínico (Fe-Hemo) en las carnes rojas, blancas y semillas, o como hierro no hemínico (Fe-No Hemo) en los alimentos de origen vegetal, las sales minerales y algunos alimentos de origen animal como la leche, y los huevos. El Fe-No Hemo es la mayor fuente del mineral en la dieta de las poblaciones de los países en vías de desarrollo y es el que tiene menor porcentaje de absorción.
La deficiencia de hierro y la consecuente anemia ferropénica se origina por un déficit nutricional o por una alteración en su absorción que se presentan en enfermedades intestinales (Enfermedad Celiaca), o cuando hay aumento de las pérdidas sanguíneas (ginecológicas o digestivas), o aumento en el requerimiento durante el crecimiento, embarazo y la lactancia. La principal causa de déficit de hierro y de la anemia en países desarrollados es la pérdida de sangre que mayoritariamente se debe a pérdidas menstruales en las mujeres pre menopáusicas y al sangrado digestivo en los hombres y las mujeres posmenopáusicas.
Los síntomas de anemia son palidez de piel y mucosas, decaimiento, pérdida de apetito, palpitaciones, cefalea, mareos, cansancio, frío y náuseas entre otros síntomas inespecíficos. Si la anemia es moderada-grave, puede haber caída de pelo, fragilidad de las uñas, sudoración, inflamación de la lengua, lesiones en los labios, irritabilidad, disminución de concentración, trastornos del sueño, dificultad respiratoria y deterioro general.
Para la OMS, la carencia de hierro y la anemia reducen la capacidad de trabajo de las personas, e incluso de poblaciones enteras, entrañando graves consecuencias económicas y obstaculizando el desarrollo de los países.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar el médico de cabecera debe diagnosticar si existe anemia mediante un sencillo análisis de sangre (hemograma). El siguiente paso es buscar la causa de la anemia según las características del paciente.
El tratamiento será guiado a la patología que originó la carencia del hierro y a reponer ese déficit.
Ningún alimento contiene suficiente concentración de hierro por lo que se hace necesario indicar tratamiento farmacológico con alguno de los múltiples preparados existentes en el mercado. Este tratamiento deberá mantenerse hasta tres meses después de normalizar los valores.
Un dato importante a tener en cuenta para el momento de tomar la pastilla de hierro es que su ingesta asociada a Vitamina C como sería un jugo de naranja natural aumenta su absorción y debe recibirse alejado de las comidas.
El control del tratamiento lo realizara su médico por medio de un laboratorio.
Dra. Noelia Zuliani
Especialista en Medicina Interna
MP 2744
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