Activá tu mente

Activá tu mente

Lic. Valeria Binimelis

El cerebro es la herramienta más fascinante, compleja, sofisticada, versátil y poderosa que posee el ser humano. Dirige todas las funciones vegetativas, sensoriales, motoras e intelectuales.

Su grandeza también radica en las enormes posibilidades de transformación a través del ciclo vital gracias a la neuroplasticidad, capacidad del sistema nervioso en general y del cerebro en particular para producir modificaciones a lo largo de todo el proceso vital. Si el cerebro no pudiera experimentar ninguna modificación sería imposible adquirir nuevos aprendizajes; sin embargo dispone de una gran capacidad para autotransformación anatómica y funcional, permitiendo -de este modo- la adquisición de nuevas habilidades y conocimientos, de modo permanente.

La neuroplasticidad

Es un proceso dinámico, tanto en personas sanas como en las que han sufrido algún tipo de daño o disfunción en el sistema nervioso central y se produce desde la fase embrionaria hasta la senectud. Todo en cuanto hacemos, aprendemos o decidimos, modifica la estructura del sistema nervioso y también el modo en que funciona el cerebro. Las lesiones del sistema nervioso también modifican el cerebro, gracias a la acción facilitadora de la neuroplasticidad. Si bien es cierto que durante la infancia son mayores las posibilidades de que se produzcan modificaciones en el sistema nervioso, la neuroplasticidad es un proceso permanente y dinámico que está presente en cualquier persona. No hay ninguna edad límite, ningún impedimento para continuar aprendiendo, para seguir transformando y mejorando nuestro cerebro.

Estimulación cognitiva

La estimulación cognitiva es útil para recuperar las funciones mentales alteradas cuando se ha producido algún tipo de daño cerebral, pero también es un excelente método para potenciar y mejorar las capacidades mentales en personas sanas, sin lesión cerebral. La estimulación cognitiva se sustenta en las enormes posibilidades de trasformación del cerebro mediante el entrenamiento, mejorando los circuitos existentes, creando nuevos circuitos e incluso generando nuevas células nerviosas.

La actividad mental siempre mejora el cerebro, especialmente cuando la estimulación se realiza de un modo eficiente. La gimnasia cerebral fortalece la actividad nerviosa, mejorando la actividad de las neuronas y sus conexiones, así como la capacidad para procesar la información. Es posible mejorar las funciones cerebrales mediante la práctica asidua de ejercitación mental. Las técnicas de neuroimagen funcional confirman que el aprendizaje o el reaprendizaje, de cualquier habilidad perceptiva, cognitiva o motora, transforma el cerebro, mejorando sus posibilidades adaptativas.

PROCESOS COGNITIVOS BASICOS: Memoria; Atención; Lenguaje; Razonamiento; Cálculo; Lectoescritura; Viso-construcción y Funciones Ejecutivas.

Estimular y mantener las capacidades mentales redunda en una mejoría de las habilidades funcionales de las personas mayores en las actividades cotidianas.

Los participantes de los talleres de estimulación cognitiva se enfrentan a tareas que requieren esfuerzo y actividad intelectual, con independencia de que el nivel  de dificultad  de las tareas que afrentan esté ajustado a sus capacidades. Además de presentarle la actividad la terapeuta enseña al paciente estrategias y técnicas de procesamiento de la información, algunas más simples y otras más complejas. Así, se pueden enseñar estrategias mnemotécnicas para mejorar su capacidad de almacenamiento, estrategias de aprendizaje organizado, estrategias de síntesis, clasificación o agrupación de datos, etc.

La práctica de estimulación cognitiva se asocia metafóricamente al ejercicio físico o deportivo. Se entrenan las habilidades mentales para su fortalecimiento y desarrollo de igual manera que podemos entrenar los músculos del cuerpo mediante la gimnasia.

Justificación de los ejercicios

La inteligencia humana está constituida por diversos componentes que actuando de manera conjunta permiten su adecuado funcionamiento; entre dichos componentes la atención, las funciones ejecutivas y la memoria, ocupan un importante lugar, facilitando que el individuo pueda lograr una adaptación eficiente a su entorno. La atención es la puerta de entrada para poder llevar a cabo cualquier actividad intelectual, desde la más elemental hasta la de mayor complejidad. Las funciones ejecutivas, por su parte, constituyen la esencia de la actividad intelectual, coordinando los procesos mentales para resolver todo tipo de problemas y especialmente aquellos que tienen mayor complejidad. Por último, la memoria permite archivar, evocar y manipular los aprendizajes, consolidando de ese modo la actividad mental.

Tanto la atención como las funciones ejecutivas y la memoria, pueden verse afectadas por el envejecimiento, la demencia o el daño cerebral adquirido. Aunque no existiera el problema los ejercicios propuesto permitirán consolidar y mejorar el rendimiento intelectual, su utilidad se hace extensible a todo tipo de persona tenga o no déficit en dichas áreas.