Gerardo Bartolomé anticipa su libro sobre Manuel Belgrano

Gerardo Bartolomé anticipa su libro sobre Manuel Belgrano

Estará en las librerías en el mes de setiembre. Se basa en la propia autobiografía inconclusa del creador de la bandera argentina, cartas de su autoría y numerosas imágenes de época.

“Mi intención era sacar un libro sobre Belgrano, un texto que en realidad hizo el propio Belgrano en 1814, fue uno de los raros períodos en que tuvo tiempo y escribió una parte de lo que sería su autobiografía. Nunca la terminó, después se dedicó a otras cosas más urgentes, pero siempre pensando en lo que dejaría para las próximas generaciones empezó a escribir”, cuenta Bartolomé en el inicio del diálogo con Carta Abierta.

Como varios de los anteriores, probablemente este también pueda ser un texto que despierte alguna polémica.

“Si yo tomo el texto de Belgrano y lo publico tal cual no se entendería nada, sí las palabras, pero lo que quiso decir es muy rebuscado, entonces, y tal como hice cuando realicé la traducción de un texto en francés de San Martín, no solo lo pasé al castellano sino que modifiqué un poco las oraciones para que sea más comprensible. En el caso de Belgrano de alguna manera lo estoy traduciendo del castellano antiguo al castellano moderno, para que se pueda entender porque sino se pierde mucho”.

Si bien la intención era publicarlo en junio, en coincidencia con el mes de la bandera, en parte por el virus y en parte por excusas varias no pudo ser y espera que en setiembre esté en las librerías.

“Sería autobiografía de Belgrano y como es incompleta, se sumarán varias cartas que vienen a llenar esos huecos y algunos artículos míos sobre el contexto de la época y muchas imágenes: mapas, cartas, cuadros, para que el lector se meta en ese momento y entienda lo que pasaba en ese tiempo”.     

Bartolomé afirma que no resulta difícil acceder a la información de base que luego le permite redactar el trabajo que plasme sus objetivos.  

“Hoy hay tantas cosas digitalizadas que es bastante fácil, y lo que no lo está se encuentra en libros de cincuenta, ochenta años que por internet están a la venta. Las cartas y la autobiografía son de acceso sencillo, pero ponerlo todo junto y encontrarle el valor a cada cosa es el trabajo del editor, más que ser autor es como que seré el editor de este libro”, acota.

Todavía no se encuentra en los escaparates de las librerías esta obra y Bartolomé ya piensa en las que abordará en el futuro.

“El próximo estará dedicado a las campañas de la independencia, hay mucha documentación que se encuentra digitalizada y fue publicada en pequeña magnitud hace 140 años o no lo fue, ese material hace mucho más poderoso lo que se pueda escribir y describir de lo que pasó en aquella época”.

Como ejemplo menciona el libro de origen británico “Cinco años en Buenos Aires  / 1820 – 1825 por un inglés” de autor anónimo y – señala -  es súper valioso para saber cómo era la vida en la ciudad por aquella época.

“Esas son cosas que antes no estaban accesibles y hoy se encuentra digitalizado y nos permite encontrarle el valor a esos relatos”.

Aporta además otro dato, el de un historiador francés que vive en Chile y publicó las cartas de un compatriota, un oficial que era el cartógrafo que estaba en el equipo de San Martín.

“Los textos tienen mucho valor por contar como era vivir en ese ejército, viajar en barco a Perú, como fue esa campaña, es muy enriquecedora la visión que tenía alguien que no era de los protagonistas principales, no tenía interés en dibujar la cosa, nos permite entender mejor el pasado y ver por qué los próceres son próceres”, reflexiona.

En tiempos en los que mucho se analiza el pasado con la mirada del presente, Bartolomé rescata el revisionismo y detalla cómo observar esos sucesos.

“Lo mío es escribir la historia en formato novelado, entonces, cuando yo logro transportar al lector a esa época, los prejuicios del siglo 21 en el siglo 19 se diluyen. Obvio que hay cosas que entonces eran comunes, una de ellas la esclavitud. ¿Se podría decir que Belgrano era un esclavista? y sí, todos los descendientes de europeos los tenían. El revisionismo a mí me parece bien, es una manera de reevaluar, de entender y no tomar la historia endulcorada y simplificada que vimos en el colegio. A mí no me gusta estar leyendo sobre gente de otras épocas y estar con el pulgar para arriba o para abajo tipo César emitiendo juicios desde el presente. La vacuna para eso es hacer que el lector viaje a esa época y entienda porque tal cosa pasaba de esa manera y otra de otra y entonces los prejuicios quedan atrás, cuando uno viaja al siglo 19 los prejuicios quedan en el siglo 21”, concluye.