Pacha Rosso “Soy un veterinario devenido en actor”

Pacha Rosso “Soy un veterinario devenido en actor”

De sus orígenes en Los Prepu hasta este presente en el elenco que acompaña al Puma Goity en “Cyrano”, pasaron muchas cosas que cuenta en este reportaje.

Luego de una exitosa temporada en el teatro San Martín de CABA y en el Tronador de Mar del Plata, el clásico del teatro francés subió nuevamente a escena en el Presidente Alvear durante mayo y junio para luego comenzar una gira por diferentes provincias.

Antes del retorno a las tablas, de paso por El Calafate ciudad a la que periódicamente regresa a visitar a su familia, dialogamos con Sebastián “Pacha” Rosso acerca del camino que lo llevó a ser parte de este éxito de la escena en la temporada 2024/2025.

-¿Por qué Pacha?

- “De chiquito yo no sabía decir Sebastián y me salía Pachán mis hermanos me empezaron a decir así, después Pacha y en el primario (somos siete hermanos) me quedó el Pacha, nombre que elegí cuando dejé Los Prepu y me fui a Buenos Aires a actuar. Es un sobrenombre muy lindo, significa tierra, madre, lobo”.

- ¿Cómo te presentarías para aquellos que no te conocen?

- “¡Que divertido! Con humor, que siempre es mi herramienta de trabajo: Damas y caballeros, les presento a un Veterinario devenido en actor, algo que descubrió cuando estudiaba esa carrera en Tandil y que hoy cumple el sueño de su vida de integrar un elenco multitudinario en un clásico francés con actores de primera línea”.

-¿Cuánto tiempo demandó poder cumplir ese anhelo?

-“Mucho, comencé a finales de los ’80 con un grupo de cuatro amigos que escribíamos teatro en el garaje de la casa de uno de ellos como quien tiene una banda de rock y se junta en ese espacio. Nunca pensamos que una década después Víctor Laplace de Tandil nos iba a llevar a Buenos Aires a realizar una prueba en un momento en que la TV incorporaba actores del under”.

-¿Qué paso después?

- “Primero hicimos teatro en el Bauen como Los Prepu, después en el Tabaris y ahí nos fue a ver Sebastián Borensztein y Nicolás Repetto y nos llevaron a trabajar nada menos que con Tato Bores que era la meca del humor político al que veía con mi padre cuando yo era chico y no entendía de que se reía. Formamos parte de Tato de América y Good Show, ¡imagínate, de escribir obritas chicas en un garaje a estar con mis amigos, en canal 13 y con este grande!”.

-¿Cómo siguió luego?

- “Nos contrató Reina Reech para hacer infantiles en canal 7 y de ahí pasamos a Sorpresa y Media con Julián Weich, fueron cinco años de un éxito de treinta puntos de rating, siempre con mis amigos girando por todo el país, Uruguay y Estados Unidos con el Comando Sorpresa para regalar cosas a la gente porque sí”.

- Y en ese itinerario, llegaron a El Calafate con obsequios…

- “¡Muy Bien! (ríe) Cuando eso terminó empecé a trabajar en el teatro San Martín que para un actor es como para un futbolista jugar en primera.  Fueron cinco clásicos, uno junto a Enrique Pinti, entre otros grandes”.

- ¿Cómo eran en la cotidianeidad esos monstruos de la escena?

- “Nuestro representante lo era también de Pinti y Gasalla, Antonio nos regaló guiones, ropa, Enrique igual, fuimos cobijados en Buenos Aires por esta gente, ¿Qué más pedir?”

- ¿Anécdotas con ellos?

- “Tato era como un tío, nos cuidó mucho, revisaba nuestros contratos con Carlitos Rottemberg y nos decías que sí y que no aceptar, y el empresario accedía sin ningún problema a lo que Bores había dicho.

- Si bien tu sueño era llegar al San Martín aparecieron otras cosas muy grandes en el camino, ¿cómo viviste ese proceso?

- “Nos fuimos preparando para lo que viniera, yo estudié siete años de Veterinaria y tres de teatro, diez años de universitario, es una de las mejores edades porque uno averigua quien es realmente, se consolida, y sabe hacia dónde apuntar. Elegís tus amigos, a quien te querés parecer y a quien no, no es solo la universidad, en la vida cotidiana eso también sucede a esa edad.

Siempre nos dijimos estas son etapas de la vida y cuando terminen tenemos que atesorar esas vivencias y no preocuparse por lo que se pierde”.

-¿Y el manejo de los egos?

- “Con Los Prepu cuando decidimos que íbamos a trabajar juntos nos fuimos a estudiar dinámica grupal, además teníamos el libro de Les Luthiers que era nuestra Biblia, allí decían cuando se complique, vayan a Terapia. Los grupos exaltan las virtudes individuales pero para eso hay que renunciar al ego y permitirse que el otro te diga ¡qué buena idea trajiste pero que te parece si tocamos esto o lo otro… hay que saber renunciar a lo propio y decir te escucho, el respeto fue fundamental, y las ideas que no se usaban se guardaban, ya tendría su momento”.

- ¿Antes de Buenos Aires ya tenían cierta libertad económica?

- “Hay que recordar que en los ’80 retorna la Democracia, había un afán de cultura después de años de censura, todos los pueblos vecinos de Tandil se enteraron de la existencia de Los Prepu que en realidad se llamaban Los Pre-Pucio, no nos olvidemos que éramos un grupo universitario y nos empiezan a contratar, también de Desfiles de modas, boliches bailables, kermeses, entregas de premios, eso nos dio elasticidad para cualquier tipo de escenarios, recorrimos todos los pueblos de la provincia de Buenos Aires que se te ocurra”.

¿Por qué cambian el nombre?

-“En Buenos Aires nos lo sugieren ya que nosotros hacíamos un humor blanco y podían creer que hacíamos humor grosero. Primero nos negábamos, era como capitular, pero después nos dimos cuenta que ya en nuestra zona nos llamaban así y además nos daba motivo para nuevos chistes y aceptamos”.

-¿En qué ámbito te sentís más cómodo para trabajar?

- “En el teatro por supuesto, vos tenés el retorno de lo que hacés al instante, y sobre todo el teatro de compañía como lo que estoy viviendo ahora con Cyrano”.

-¿Qué significa Cyrano para vos?

- “Cumplir un sueño, yo soy necochense, estudié en Tandil, viví en Buenos Aires, en 2015 vuelvo a Necochea por cuestiones familiares (operaban a su madre del corazón)  y me preguntaban si iba a hacer algo, no quería volver a los unipersonales, a lo sumo algo en grupo, pero pensaba ¡cómo me gustaría volver al San Martín!”

- Y surgió el poder de la atracción…

- “A veces funciona. Pensaba en el teatro, en los vestuaristas, zapateros, la gente que uno conoce cuando trabaja allí pero que el público no, los de maquillaje, quería que pensaran en mí, imaginaba a la jefa de vestuario escribiendo en los pasillos que vuelva Pacha (ríe), te lo juro, un poco en joda pero tirando esa onda. Y así fue, no me llamó el zapatero pero lo hizo un Director y se cumplió la Ley de la atracción”.

-¿Qué personaje representas en la obra?

- “Me convocan para ser un mosquetero que desafía a Cyrano y le quiere robar la mujer al panadero. Cyrano es un valiente guerrero, espadachín, y a la vez es un poeta, un tipo de valores profundos de amistad, el deber ser, y jamás permitiría mi accionar, el resto, lo descubrirán en el teatro”.

-¿Cómo es trabajar con el Puma Goity?

- “Es maravilloso ver como maneja las relaciones del elenco integrado por actores de todas las edades, es un tipazo, un profesional de primera, buen amigo, y eso es un gesto de grandeza porque muchas veces los actores pueden ser bastante unipersonales, pero el Puma tiene grandes valores y además deja todo en el escenario. Se cuida mucho y nos cuidaba, nos decía que en temporada es indispensable hacerlo y vencer las tentaciones de la playa en Mar del Plata, las fiestas, por ejemplo, y tiene razón, hay que saber decir que no, guardarse en el hotel, descansar y cuidar la voz antes de la función, etc”.

-¿Qué hay para después de Cyrano?

- “Volver a Necochea, hay mucha actividad náutica, mientras no esté trabajando de actor voy a estar en el mar, ya sea surfeando o en velero, y como veterinario seguiré construyendo carritos para perros discapacitados, viejos o accidentados que no caminan, cumplo con mi profesión que tenía un tanto relegada y que es maravillosa.

Es un segundo de gloria cuando terminas y le probás el carrito al perro, la dueña lo llama y sale caminando, se da cuenta que puede y se va, instantáneamente lo incorpora, eso es una explosión para el alma”.

Pacha Rosso en la entrega de los Martín Fierro al teatro

Uno de los prototipos para perros discapacitados que construye como veterinario