El ajuste continúa - Crisis educativa en Santa Cruz bajo el gobierno de Vidal

El ajuste continúa - Crisis educativa en Santa Cruz bajo el gobierno de Vidal

 

 

 

 

Por Ángel Serra

Periodista

Mientras la propaganda oficial habla de “cambio” y “reconstrucción”, la realidad en las escuelas de Santa Cruz es un páramo de abandono.

Más de 31 instituciones educativas en Río Gallegos mantuvieron clases rotativas por falta de calefacción y agua, y un 25% de los edificios escolares de toda la provincia se encuentran en iguales o peores condiciones.

Esto no es una novedad ni una excepción: es el resultado sistemático de años de desinversión, continuismo político y desidia, ahora profundizados por un gobierno que se autopercibe “renovador” pero sigue aplicando las mismas recetas de ajuste que el kirchnerismo al que dice haber reemplazado.

Claudio Vidal encarna, sin eufemismos, el tercer gobierno de Alicia Kirchner, con los mismos funcionarios, los mismos métodos y el mismo desprecio por la educación pública.

En el Congreso Provincial de la ADOSAC se vivió un clima de bronca generalizada y de disposición a la lucha. Y no es para menos: en la primera paritaria docente del viernes 4 de julio, el emisario del Ministerio de Economía admitió sin rodeos que no hay plata, que ya se perdieron entre 8.000 y 10.000 puestos de trabajo, que la recaudación cayó en picada, y que lo único que puede ofrecer el gobierno es una cláusula gatillo atada al IPC y un miserable 3,5% de recomposición salarial… hasta diciembre.

Así las cosas, el gobierno de Vidal considera la paritaria salarial "cerrada", ignorando la emergencia social que atraviesan las y los trabajadores de la educación, cuyos sueldos han sido devorados por la inflación.

La docencia de Santa Cruz no se va a resignar: las filiales discutieron un plan de lucha activo y el no inicio de clases tras el receso invernal como efectivamente ocurrió, porque el conflicto está lejos de haberse resuelto. Por el contrario, vamos al choque de frente.

El relato del “cambio” se cae a pedazos frente al termómetro real de las aulas vacías, los chicos sin clases, los docentes con salarios de miseria y los edificios que se caen a pedazos. No hay cambio cuando se sostiene el ajuste, cuando se privilegia el pago de la deuda provincial mientras se congela la inversión educativa y se naturaliza el colapso de las condiciones laborales y pedagógicas.

Como si todo esto fuera poco, el gobierno y sus voceros han salido a ensuciar a la docencia en lugar de resolver los problemas edilicios.

Desde el oficialismo se lanzaron pseudodenuncias absurdas y malintencionadas. El diputado al Parlasur Julio Gutiérrez y la vicepresidenta del Consejo Provincial de Educación, Esther Pucheta, acusaron a la ADOSAC de sabotear escuelas en Pico Truncado, dejando abiertas las llaves de gas en cocinas escolares.

Estas acusaciones infames buscan criminalizar la protesta y encubrir la responsabilidad directa del Estado en la falta de mantenimiento y seguridad de los edificios escolares.