Ahora más que nunca, el éxito de la cuarentena depende de nosotros

La flexibilización de algunas actividades hasta ahora restringidas nos debe motivar a tomar mayor conciencia en los recaudos para que el éxito alcanzado hasta el momento perdure en el tiempo.

Debemos ser cuidadosos, quizá más que antes, porque este presente requiere que cada uno tome conciencia de hacer lo correcto con mayor responsabilidad, no bajo los efectos del temor al contagio, sino con la plena conciencia de saber que en cada actitud personal estará la clave, que para cuidarnos es indispensable cuidar al que está próximo, llevarle la tranquilidad al vecino, al amigo, al familiar, me cuido porque te cuido.

Debemos tener en cuenta que para muchos, aunque no lo parezca, puede ser más angustiante este regreso a la calle que el aislamiento, que surjan infinitas preguntas internas que necesitarán de otro número similar de respuestas. Se sabe que no es una vuelta a la “normalidad”, se cree que nada volverá a ser igual, al menos por un tiempo, y eso tampoco se puede obviar.

No podemos esperar que el estado, con el apoyo de las fuerzas de seguridad, nos esté controlando a ver si cumplimos o no con las normas, por otra parte sería casi inviable, materialmente no se podría estar en la puerta de cada lugar que reinicia actividades para ver que hacemos, lo tendremos que asumir nosotros mismos, con seriedad y madurez, algo habremos aprendido en este transitar.

Que las caminatas por la costanera, en el Parque Belgrano, el incipiente movimiento de la economía fortalezca nuestra conciencia de cuidado, no perdamos lo que hemos logrado, cada paso debe ser hacia adelante, con criterio y con cuidado, como en la rayuela, y no como en la Oca que ante un infortunio nos haga volver atrás.

Del “Yo me quedo en casa” al “Solo salgo si es necesario”, con cubre bocas, manteniendo la limpieza de las manos y con los recaudos indispensables al volver a casa. Progresivamente, que no nos gane la impaciencia, podremos hacerlo y será lo mejor.