Crónica viajera / Siete Venas: Dolomitas
Encuentro en Italia con la banda nacida en El Chaltén
Por Eduardo Barbero
Lejos del pago, el mate amargo tiene otro sabor.
No fue cualquier oportunidad, era la ocasión de poder estar allí, ver a Siete Venas con montañas diferentes en el fondo, en esta expedición artística con picos de emotividad. Fuimos en la fecha que nos permitió el presupuesto, con la seguridad de ver paisajes de alta belleza invadidos por el ritmo patagónico que este grupo lleva, andando y desandando caminos. Ahí va la banda, con paso firme y la mirada alta.
La Pra del Moro, en Feltre, Italia, es un sitio particular, en una comunidad que no olvida su dura historia durante la Gran Guerra y la muestra a quienes se interesen por ella. Es punto de acceso a un castillo antiguo donde se dominan las vistas a los valles cercanos y nos sorprendió ver lo que nos pareció una pista de hipódromo ¡pero triangular!, parece que aquí se construye cada invierno una pista de esquí de fondo, es un lugar de muestras culturales, comida y hay actividades de ciclismo de montaña.
Encontramos gente de El Chaltén, las risas, anécdotas y los abrazos fuertes le dieron a la tarde un perfume a pampa gris, la cita era de día, a las 6 de la tarde, pero con buen criterio y más de 30 grados se demoró el inicio hasta la caída del Sol. Paciencia.
Hay comunión, la banda y la gente tienen sus códigos de encuentro y ritual de fraternidad, claro que el esfuerzo es diferente, unos corren con la organización, responsabilidad, ensayos y logística; los otros, desde abajo, simplemente disfrutan del momento en forma irresponsable. En cada ruta van sembrando recuerdos. Y amistad.
cartelera callejera
La calle está tomada, de a poco somos más en este encuentro. Las luces avisaron que se viene la fiesta, la mayoría no sabe qué esperar, que explote el parlante mientras se acerca la gente montañera, las italianas, el escalador con la remera de 7 Venas, la cerveza, la pareja del suizo y la colombiana emocionada por escuchar música en español, la piba que carga la milésima cerveza en la barra y nosotros, los del sur, que tenemos la carcajada lista antes que la banda grite su nombre al viento.
Mauro y su bandera de Ñuls
Suena sólido. Hay ensayo. Los años de sótano, comunidad y escenario le dieron al grupo una identidad definida que sin perder libertad les permite ser confiables y hacer lo que les gusta ofreciendo lo que su gente viene a buscar, y resolver lo que haga falta porque el show va a continuar. Se rompe una cuerda y -no estamos viendo a Foo Fighters- en lugar de que aparezca una viola de repuesto, la música sigue sin perder potencia. Víctor canta sin su guitarra mientras Luisinho cambia rápido la cuerda como en un box de fórmula 1.
backstage
Pasan las canciones y nadie se va, la gente curiosa no sabía qué buscaba y se quedan hasta el final porque la están pasando bien, es una celebración, intentan explicar alguna canción y muy pocos entienden algo, las respuestas son aplausos y palabras en cualquier idioma, el Sanjua se anima a correr entre la gente tocando la guitarra, los últimos temas son el despliegue habitual de Siete Venas hasta que la fiesta llega a su fin.
La cerveza sigue circulando, hay brindis después de la música, abrazos de lugar lejano, emociones y largas carcajadas.
Aonikenk.
enlace a video de la página de la banda: https://www.instagram.com/p/C9NJU34oB0j/
Datos:
Info Comune di Feltre: https://bit.ly/3WD8eli
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