Yo estuve allí - Recuerdos de B.A.ROCK - Jorge Pauletti

Por Jorge Pauletti
Allá por 1968, en Estados Unidos anuncian lo que iba a ser el festival de música más grande del mundo, tres días de amor, libertad, paz y rock.
La sede sería un campo inmenso con árboles frondosos y lagos naturales, un gran escenario con cuatro torres de sonido en las esquinas necesarias para satisfacer la demanda de casi dos millones de personas provenientes de diferentes países que iban a darse cita.
Más de cien artistas desfilan por allí, se estremecen y deliran al igual que un público desbordante de metaleros, rockeros, hippies con sus morrales que llevaron a sus hijos y muchos artistas que se mezclaban con los asistentes para observar y compartir las presentaciones.
Jimmy Hendrix era por ese entonces apenas un muchachito, Carlos Santana sube con su grupo y el baterista bate un récord con un solo inolvidable, Joe Cocker interpreta Con una ayudita de mis amigos de The Beatles, y desfilan entre otros The Beach Boys y la texana Janis Joplin, blusera brutal.
Como no podía ser de otra manera todo quedó registrado en lo que posteriormente sería el film Woodstock que recorrió el mundo y obviamente llegó a la Argentina, donde músicos, productores y managers tomaron nota del fenómeno.
No pasó mucho tiempo, ni siquiera dos años, para que se lanzara en Buenos Aires B.A.ROCK en 1970. Lugar: Velódromo Municipal ubicado en Palermo. Organizadores: Daniel Ripoll y la revista Pelo. Las habituales bicicletas dan paso a las guitarras, teclados y baterías que llenan de música el ambiente deportivo.
Nadie quiso faltar, o al menos, no se notaron ausencias notorias: actuaron Los Gatos, Almendra, Manal, Vox Dei entre otros, y la convocatoria alcanzó las treinta mil almas.
El éxito alcanzado motorizó una segunda edición en noviembre de 1971 también en Palermo y sobre el escenario brillaron Pappo´s Blues, Sui Generis, León Gieco, Litto Nebbia, Arco Iris y repitieron Vox Dei y Manal.
Cuando parecía que todo había concluido, llega B.A.ROCK 3 pero en esta oportunidad no será en el Velódromo: se traslada al predio Malvinas Argentinas del Club Argentinos Juniors.
Se repite el mes, noviembre, y se lleva a cabo los días 2, 3 y 16 del año 1972.
Yo, Jorge, el beatlemaníaco, fui a los tres.
Pero este último tenía un sabor muy especial, era lo que habíamos soñado, nos explicaban como llegar porque no sabíamos, no conocíamos la zona, estábamos muy nerviosos.
Programa en mano con un mapita del campo donde se indicaban los lugares claves (sanitarios, puestos de comida, etc) circulábamos en busca de posición. El escenario era bastante precario y estaba ubicado en un rincón, pero el público esta vez iba a estar sentado en el pasto: un mini Woostock nacional.

Las bandas y artistas fueron Color Humano, Arco Iris, Pescado Rabioso, Claudio Gabis (Manal ya estaba disuelto) Litto Nebbia, Pappo´s Blues y la presentación de la primera mujer en el rock nacional: Gabriela, acompañada por Edelmiro Molinari (ex Almendra) SENSACIONAL.
Todo venía desarrollándose en paz y armonía, estábamos como hipnotizados por lo que sucedía, con una calma similar a lo que había pasado en Norteamérica, pero iba a durar poco.
Sube al escenario David Lebón en sus comienzos como solista, canta Hombre de mala sangre y Copado por el diablo y anuncia: “Los dejo con estos dos muchachos” y nada volvió a ser igual.
Aparecen Charly García y Nito Mestre en una de las presentaciones más multitudinarias de Sui Generis, suena Canción para mi muerte y la explosión del público se hizo sentir en su máximo esplendor.
El festival tuvo un gran impacto histórico y cultural, quedó registrado en una película titulada “Rock hasta que se ponga el sol” de Aníbal Ulset, estrenada en enero del año siguiente.
Estas convocatorias proyectaron a centenares de grupos y solistas, hombres y mujeres, se comenzaron a llenar estadios, campo de polo, Arenas como se denominan en la actualidad, hasta llegar a los tres días del anunciado LOLLAPALOOZA 2026 en el hipódromo de San Isidro.
El público argentino ha sido y es un atractivo especial para los propios y extraños, bandas extranjeras de notoria popularidad llegaron a estas tierras y se llevaron la calidez y participación de la gente en cada uno de sus shows.
Toda esta historia del rock nacional no fue en vano…









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