Doscientos encuentros en veinte años
Dos centenares de ediciones de Carta Abierta estuvieron diseminadas en todos los rincones de El Calafate y llegaron a tus manos.
Por interés, por recomendación, por ver quienes salieron en el Sonría, porque te movilizó alguno de los temas abordados, o tan solo porque sí, estaba allí y decidiste llevarlo a tu casa.
Así, de manera casual o intencional, comenzamos una relación que con el transcurrir del tiempo, ya transitamos nuestro vigésimo año, se fue afianzando y a la vez, mutando.
Fuimos material de consulta en las aulas gracias a profesores que entendieron que nuestro trabajo podía ser de utilidad para transmitir conocimientos pedagógicos en clase, y eso nos llena de satisfacción.
Acompañamos a nuestros abuelos de cada centro de jubilados quienes nos abrieron las puertas de sus sedes, sus corazones y sus brazos transmitiendo afecto.
Estamos en las salas de los centros de salud, haciendo más entretenida la espera, y en las habitaciones del hospital para que los días de internación alteraran mínimamente la rutina de los pacientes.
Cobijamos en nuestras páginas a todos los que tuvieran algo para decir y promovimos que lo pudieran hacer con absoluta libertad sin censura ni condicionamiento de ningún tipo. Recibimos y publicamos críticas hacia nuestro trabajo, la libertad de expresión de todos está por encima de cualquier interés o cuidado personal.
Defendimos el Medio Ambiente, la Educación y la Salud Pública, la Participación Ciudadana, los Derechos Humanos, el Compromiso Social, la Seguridad de los vecinos, dimos visibilidad a temas y casos que generaron cambios o que impidieron daños, tuvimos dolores de cabeza, es cierto, pero la convicción de muchos entre los cuales nos incluimos han permitido alcanzar los objetivos.
En tiempos donde tanto se habla de periodismo militante nosotros decidimos militar las causas donde el bien común está por encima de los intereses sectoriales, tomamos partido, opinamos pero manifestamos desde que lugar lo hacemos para que no haya confusiones, y aquí estamos.
Aunque el público se reduzca de manera implacable a medida que pasen los años, trataremos de existir en tanto y en cuanto observemos agradecidos y orgullosos como nos lees mientras esperas en el banco ( allí los celulares están prohibidos y la principal competencia serían los libros ¡Bienvenida sea!).
Mientras nuestros ojos encuentren por azar páginas recortadas y pegadas en la pared para compartir una noticia o sus propias fotos, cuando las ganas de comer un asado te lleven a levantar un ejemplar para prender el fuego - no me vas a decir que antes de arrugarlo no le pegas una mirada aunque más no sea -.
Internet gobierna esta era, pero cuando vos querés guardar algo que te interesa ¿No lo imprimís? Bueno, nosotros te vamos a seguir ahorrando ese paso extra una vez al mes.
Las redes sociales contribuyen a dotar de una dinámica más ágil nuestro contacto. Este año decidimos comenzar a experimentar con una página web luego de un paso previo por el blog. Y habrá más novedades.
Fue difícil tomar la decisión, estar en internet en los tiempos que corren implicaría un ritmo de comunicación más frenético que el contacto mensual, pero decidimos encararlo sin dejar de lado nuestra esencia: somos un espacio que promueve el análisis y la reflexión, no la primicia o la exclusiva periodística, por lo cual nuestros lectores encontrarán allí la misma forma y estilo, pero en un formato complementario; sin vértigo pero con profesionalismo, buscando temas de interés que quizá no figuran en la agenda pero que deberían integrarla.
Incursionar en lo digital más que una oportunidad pareciera constituir una obligación, pero es imposible dejar de lado el romanticismo de leer el contenido impreso en el papel, los de mi generación saben de lo que hablo.
Gracias a los que confían en nosotros, a los que acompañan publicitariamente esta idea sin cuyo aporte dejaríamos de existir en el formato que nos vio nacer.
Gracias a los protagonistas de nuestras crónicas, relatos, editoriales, generadores permanentes e incansables de hechos noticiosos.
Gracias, infinitamente gracias, en este número doscientos renovamos nuestro compromiso con ustedes, ojalá cada mes ustedes quieran seguir manteniendo el vínculo con Carta Abierta...
Fernando Goyanes
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