El gran banquete de fin de año

El gran banquete de fin de año

Llegó diciembre y las fiestas son una prioridad para todos, hay mucho trabajo que hacer antes de Navidad y Año Nuevo.

Sin lugar a dudas son días de grandes banquetes, en muchos casos, de largas mesas con interminables preparaciones de comidas y bebidas que han estado realizando varios integrantes de la familia para que no falte nada y sea una alegría permanente.

Ahora… ¿Qué preparamos para estos días?

En general para el 24 y 31 a la noche se planifican platos muy similares. Teniendo en cuenta que este tipo fiestas, sobre todo Navidad o Noche Buena, tienen origen en países Nórdicos, los platos en esos lares son muy diferentes a los nuestros. La primera y creo que única gran diferencia es el clima, arriba es invierno y abajo es verano, así que,  ¡ojo cuando elijamos el menú para las fiestas, nos puede caer un poco pesadito!

Voy a enumerar algunos platos y bebidas que no deberían faltar:

Una buena recepción sería un rico clericó, mucha fruta fresca cortada en la misma mañana con un rico vino blanco Torrontés, algo de azúcar y porque no, ese licorcito guardado que no sabemos cuándo beberlo. Elijamos la mejor fruta y la que más nos guste y en cuanto al vino, que sea de calidad. También pueden ser unas cervezas o si lo prefieren, solo vino blanco.  

Para acompañar esos aperitivos necesitamos algo que se pueda disfrutar de parado, unos sandwiches de miga con jamón y queso y quizá una mayonesa casera, este appetizer ayudará a aplacar ese vendaval de euforia que producen las fiestas, al menos un ratito.

Una vez que casi todos estén sentados - porque es imposible que todos se sienten al mismo tiempo - nos proponemos disfrutar de esa ensalada rusa con papas, zanahorias, arvejas y la mayonesa casera, un pionono de jamón y queso y si, el tradicional Vitel Toné, un tierno peceto cubierto por una salsa de atún y alcaparras. Sumado a ello es otra opción la torre de panqueques rellena de jamón, queso de máquina, tomate, lechuga, huevo duro y pepinitos en vinagres. Por supuesto que acompañado de vino blanco o cerveza.

El plato fuerte - y aquí se separan dos caminos – podría contar con estas alternativas: un sendero nos lleva a que el jefe de la familia haya encargado un lechón para que lo cocinen en alguna panadería amiga (cuando era joven veía bastante esta práctica) y se coma frío. Va al centro de la mesa y quien tenga más experiencia repartirá las primeras raciones. Dicen que si o si hay que acompañarlo de vino tino, porque nos puede caer mal, esto se los dejo a los lectores que lo investiguen. Por mi parte les puedo aconsejar un robusto Malbec o aterciopelado Cabernet.

Otros de los caminos, y este es el más común, unas ricas carnes a la parrilla. Pueden ser costillas, vacío, entraña, alguna tapa de asado, porque no un pollo y en nuestro caso un cordero al asador. Yo agregaría un pescadito a las brasas y unas sabrosas verduras, así aprovechamos el fuego del cordero, las tiramos ahí cerca y las tapamos con esas cenizas calientes, un manjar.

Estaríamos cerca de las 23 hs., los niños, si es Navidad, empiezan a revolotear porque saben que se acerca el trineo, y la dueña de casa se apura para servir esa ensalada de frutas fresca, helados y ya que estamos ponemos el resto también, o sea el pan dulce (de los dos, con fruta abrillantada y con chispas de chocolate), el Mantecol, las garrapiñadas, los turrones de maní, así nos sentamos a brindar tranquilos a las 12 en punto. ¿Con qué? Simple, con lo que mas nos guste, pero las costumbres hablan de una dulce sidra o un espumante, y para los que no quieren mezclar que brinden con lo que bebieron toda la cena.

Recuerden beber mucha agua y que no es el “Fin del Mundo” son las Fiestas y como el nombre lo indica, son para divertirnos.

¡Felicidades!