Pista de esquí: Se reaviva la polémica ¿Se abrirá el debate?
Los temas que no se cierran son como las heridas, siguen sangrando. En El Calafate quedan pendientes varios de diferente magnitud, que no se hable de ellos no quiere decir que no existan, y uno es el de la pista de esquí.
Hay quienes están a favor y otros en contra de que se haga en la Península de Magallanes, la polémica se renueva en forma periódica, pero quizá alguna vez, con absoluta seriedad y sin fanatismos, ambas posiciones deberían ser escuchadas en un contexto de madurez cívica y por qué no, institucional. Y no se puede dejar de lado la opinión de los propietarios de las tierras, partícipes necesarios de cualquier debate.
Hasta el momento no se ha logrado dialogar seriamente sobre el tema, y cuando digo dialogar no hablo de defender posiciones asumidas con anterioridad, sino también escuchar lo que dice el otro, debatirlo, analizarlo y sacar conclusiones superadoras.
“Cada grupo selecciona los datos que más contribuyen a lo que, de antemano, pretende defender. De modo que el debate queda inhabilitado porque los sectores en disputa se transforman en cámaras de eco” señala Carlos Pagni, periodista de La Nación, refiriéndose a la cuestión política pero, sin lugar a dudas, aplicable a este tema.
Ese debate en torno al esquí es una deuda pendiente, y es importante que se realice para superar una de las tantas antinomias existentes, aunque el nivel de agravio, violencia verbal e intolerancia que se observa en la sociedad potenciada exponencialmente en las redes sociales pueda parecer un obstáculo, es una valla que se debe y se puede franquear si existe la voluntad de hacerlo.
Esa tarea debe tener parámetros y objetivos absolutamente claros y transparentes, entre ellos la información concreta, veraz y completa que cada interesado esté en condiciones de presentar, sin medias tintas o intencionalidades ocultas, con el norte del bien común y no del negocio sectorial, pensando en las futuras generaciones y no en las próximas utilidades económicas.
Es un tema que se debe abordar con absoluta responsabilidad, no puede quedar sujeto a un referéndum por sí o por no, no se trata de un mero acto comicial, las decisiones que se tomen, cualesquiera sean, marcarán a futuro nuestro Destino turístico y como comunidad que vive de esta actividad.
Hasta el momento el estado en ninguna de sus instancias lo ha abordado como debiera hacerse, recordemos que el pueblo gobierna y delibera a través de sus representantes y estos no han asumido una postura clara al respecto. En ese vacío surgen con más fuerza las opiniones y posicionamientos desde abajo hacia arriba, pero no encuentran respuestas, el tema se dilata y los caminos se bifurcan.
Hay quienes creen que es el mismo gobierno provincial el que debiera generar los ámbitos de discusión en su propio seno, con ministros, colaboradores y equipos de trabajo que analicen pros y contras de la iniciativa, encuadres legales, impactos ambientales, viabilidad o impedimentos y con todos esos elementos en su haber, habilitar el debate o cerrar el tema definitivamente.
Pero para quienes trabajan en política, los parámetros de referencia de su accionar están sustentados mayoritariamente en si los temas suman o restan votos, y si hay dudas al respecto, el arcón de los pendientes es un buen lugar donde dejar depositados los proyectos o ideas que puedan atentar contra ese objetivo.
Quizá en un tiempo no muy lejano se ponga el tema sobre la mesa, se asuman los riesgos de que sea tratado, todos sean escuchados y sus opiniones tenidas en cuenta, y en base a ello ya desechar por completo con todos los fundamentos la posibilidad de tener una pista frente al glaciar o avanzar en una propuesta que contemple los intereses y tome los recaudos puestos de manifiesto en ese debate.
El NI actual no es la mejor opción, tengamos en cuenta que si bien hablamos de nieve, no es aconsejable jugar con fuego.
Fernando Goyanes
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