Libélula Sur lleva el teatro a las aulas

Libélula Sur lleva el teatro a las aulas

Se trata de “Río de Óleo” que fue seleccionada en el Concurso de Dramaturgia Patagónica 2018.

Quien está al frente de la redacción del guion, escenografía y dirección del Proyecto premiado por el Instituto Nacional del Teatro es Susana “Gugu” Meyer, integrante de Libélula Sur y Profesora de Artes Visuales.

En diálogo con Carta Abierta relató los orígenes de la iniciativa que cuenta los sueños y andanzas de una niña, un gato y una farola, representados en escena por Paula Quintana, Saúl Cavalli y Gisela Miliani.

“Yo tenía muchas ganas de encontrar la manera de que el teatro se metiera en el aula y formara parte del trabajo docente, los temas que se me iban ocurriendo para escribir la obra muchos tenían que ver con la Historia Argentina, pero entendiendo que es un infantil buscaba la manera que resulte atractivo, agradable y divertido para un niño”. Comenta Gugu.

En 2018 se inscribió en un Concurso del Instituto Nacional del Teatro en el que se seleccionaban dos obras por provincia y una de ellas fue “Río de Óleo”.

“El Instituto lo que hace es fundamentalmente subsidiar el proyecto, con ese importe económico se puede afrontar los costos de producción de la obra”, acota.

 Así comenzaron a darle curso a la preparación, ensayo y organización y en el primer semestre pudieron estrenarla en la EPP N° 73 que les brindó el espacio y las maestras de tercer grado tuvieron la generosidad de trabajar con la obra.

“El proyecto se inició en junio con la puesta 1 y 2, hicimos en agosto cuatro funciones en el Centro Cultural y la idea es en lo que resta del año y el próximo continuar en las escuelas mientras podamos acomodar los horarios en nuestros trabajos. La iniciativa tiene que ver con el teatro dentro del aula, que el niño sepa y viva la experiencia de que su espacio cotidiano puede ser transformable con una estructura, formato y dinámica teatral, en este caso”, detalla Gugu

Lo que se presentó en el Centro Cultural es lo mismo que se vio en la escuela, pero es importante tener en cuenta que tanto la escenografía como la iluminación y todo lo que encierra una obra teatral se pensó para el espacio acotado del aula.

“Las medimos para armar la estructura, lo importante era que estuvieran en el salón todos los elementos, telón de fondo, bambalinas, utilería, escenografía, iluminación, sonido, que fuera un teatrito de verdad. En el Centro Cultural hubo que adaptar una obra pensada para un espacio reducido a un escenario mucho mayor” agrega.

Susana Meyer, quien habitualmente se encarga de las escenografías pero que también ha subido al escenario y se lució en Bisnietas Herederas del Viento con su personaje campechano y divertido, ya había escrito otra obra infantil tiempo atrás: Historia de brujos un gato y un caldero.

La historia y los personajes

Precisamente el trabajo en la obra de Erika Halvorsen le movilizó en su interior muchas cuestiones relacionadas con los inmigrantes, por lo que no se trata de una casualidad que “Río de Óleo” se desarrolle mayoritariamente en La Boca y que Quinquela Martín esté tan presente, incluso en el nombre del gato.

“Benito Quinquela Martín me llega no solo como artista sino como ser humano, una persona comprometida con el trabajador, huérfano, adoptado, una persona que salió adelante, para mí siempre fue un ejemplo. Se sumaron recuerdos y cosas de mi infancia creo que hice un rejunte de todo y ahí está el resultado en una farola, una niña y un gato que interpretan la historia”.

Acerca de los personajes señala las características que representan y la influencia que tienen en su persona también.

“El gato para el niño es un personaje con el cual puede conectarse fácilmente, la farola es un ser aparentemente anónimo, en una esquina, de fierro, que en la época de los malevos quizá cobijó el hombro de alguno de ellos por las noches, iluminando, tiene la mística de la noche porteña que me cautiva mucho, y la posibilidad de soñar lo que luego ocurre en la obra simboliza que si uno quiere se puede, que hay que darle para adelante.

La niña representa la infancia más pura que se nutre y que juega sin tener nada material, con una sensibilidad enorme manifiesta en la convivencia con los otros personajes, por su amor enorme por los cuentos, por su sencillez, no necesita demasiado, está feliz con lo que tiene, su sueño es tener un libro de cuentos, y vive atenta a lo que le pasa a los demás, a otro”, concluye.