El Calafate Rugby & Hockey Club cumplió 13 años
Recordamos sus orígenes en el relato de Sebastián Ojeda, entrenador, directivo y Socio Fundador.
Al comienzo eran un grupo de amigos que se juntaban a hacer una “tocata” en diferentes espacios de la ciudad, mientras persistía de manera latente el deseo de poder hacer algo más armado, más institucional, pero poco se podía avanzar.
“Hubo un momento en que nos cruzamos acá en la localidad allá por 2005 o 2006 con Sergio “el oso” Segovia, con Julio Raffo, pero fue después de un seven el momento en que se marcó el inicio de la institución en 2007”, recuerda Sebastián.
Hubo reuniones en el servicompras de la YPF, en diferentes casas, y en otros comercios que facilitaron sus espacios de manera gratuita.
¿Por qué la vinculación inicial entre rugby y hockey?
“Son dos actividades que van de la mano, en el que era mi club en Río Grande, Tierra del Fuego, también se planteó así, aunque sean dos disciplinas distintas se las suele ver crecer juntas, al menos fue como yo lo aprendí”, señala.
Ya desde la búsqueda del nombre y las actividades que se querían desarrollar quedaron articulados los dos deportes, nunca hubo dudas al respecto.
“En una localidad tan pequeña creímos que unir esfuerzos sumaba y ampliaba la base familiar del club y el número de deportistas”, agrega Ojeda.
Definidas las actividades y el rumbo comienzan los sueños: tener la sede propia, contar con un campo de juego para entrenar y disputar competencias.
“Escuchábamos a los más grandes, a quienes tenían mucha experiencia en estos temas en diferentes clubes y ciudades. El esfuerzo la perseverancia y el apoyo recibido hicieron que las cosas se fueran dando para llegar a este presente”, acota.
Hubo tiempos “de prestado”, momentos en que tuvieron que armar y desarmar las haches en el campo de doma para poder disputar partidos porque no podían quedar fijas allí de manera permanente.
“Íbamos, las poníamos, jugábamos, las sacábamos, así en cada partido, después logramos tener a préstamo el espacio anexo al gimnasio Palos Gruesos y demostrando que la actividad seguía vigente y creciendo a pesar de las dificultades, mediante innumerables gestiones, alcanzamos el objetivo”, dice con orgullo.
Para Sebastián es y fue en este caso, fundamental la articulación entre las actividades deportivas y el estado en cualquiera de sus niveles.
“Para lograr tener los espacios al aire libre, si no tenés el acompañamiento de la comunidad y del estado no sería posible, es impensado con recursos privados solamente alcanzar la meta”, acota.
Este es, por el contexto, un aniversario poco común. En cuarentena, con aislamiento, sin actividades deportivas competitivas ni entrenamientos colectivos. ¿Cómo se mantiene el espíritu, el interés, la motivación en estas circunstancias?
“Es difícil, no te voy a mentir. Hay que buscar nuevas maneras de llegar desde el club a los deportistas y a sus familias, hay que reinventarse y canalizar los esfuerzos a través de las redes sociales y plataformas virtuales para mantener el contacto, para que sepan que la institución está, para mantener el apoyo, para poder hacer algo”.
Por suerte, dice Ojeda, las federaciones de ambos deportes brindan capacitaciones virtuales para entrenadores, directivos y jugadores.
El Calafate Rugby & Hockey Club cuenta en la actualidad con más de cien familias asociadas y superan los dos centenares de deportistas de ambos sexos desde los cinco años tanto en el ámbito competitivo como recreativo.Sus entrenadores son: de Hockey Charly Saade, de rugby infantil: Elias Reinhard, y de rugby juvenil/femenino/ mayores Matias Bazán y Sebastián Ojeda.
¿Cuáles son los planes para el futuro?
“Poder ampliar la base de jugadores, en rugby poder alcanzar los planteles de 15 deportistas en cancha ya que participábamos en seven, seguir aprendiendo, creciendo, viajando, sumando experiencias, que es lo que en definitiva te queda en la vida”, concluye Sebastián.
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