Gastronomía Colonial

Gastronomía Colonial

La gastronomía Argentina posee aportes de diferentes corrientes migratorias, sobre todo de los españoles e italianos. Pero ¿Qué comían los habitantes del Virreinato del Río de La Plata durante la revolución de Mayo?

La cuestión está dividida por parte de periodistas e historiadores, algunos afirman que no había un menú, por llamarlo de alguna manera, y otros aseguran encontrar documentación que las empanadas calientes, el Locro, la mazamorra y algo de vino Carlón eran los platos y la bebida de la época.

La lógica indica que la comida de olla y la carne vacuna (Cimarrón) con largas cocciones reinaban en esos días.

Quisiera seguir dándole vida a esas historias, es por esto, que voy a describir los mencionados platos, como si se tratara de un menú por pasos de un gran restaurant, pero en el año 1810 de una Argentina que estaba naciendo.

Al grito de “¡¡¡Empanadas Calientes!!!” las vendedoras recorrían las calles ofreciendo este maravilloso manjar que no era una comida hogareña, más bien lo realizaban para ganarse la vida.  Lo que hoy llamamos street food pero imagínense en aquella época.¡¡¡ Unas visionarias!!!

El Locro, una comida de origen Quechua, sustancioso, con muchas calorías, ideal para pasar cualquier crudo invierno.

Cada región tiene su receta pero el zapallo, porotos y maíz es la base, la carne vacuna podía ser fresca o seca (charqui). En esos años, según cuenta la historia, era una comida “al paso”. Hoy nos acompaña en cada fiesta patria y en nuestra localidad el más famoso es el que realiza el Escuadrón 42 de Gendarmería Nacional, ¡¡¡Una Delicia!!!

A la hora del postre, la Mazamorra, una mezcla de maíz blanco, azúcar y leche cruda. Una dulzura realizada con leche recién ordeñada y sin agregado de agua. Vendida por hombres que recorrían las calles montados en sus caballos con grandes tarros a los costados y montones de niños corriéndolos por detrás.

Y como olvidarnos del vino…

Según leyes españolas, se prohibía las plantaciones de vides en sus colonias americanas en el siglo XVI, el vino debía ser importado desde España. Para funcionarios y la alta alcurnia el vinos provenía de la denominación de origen Rioja y para las clases más bajas el vino era más económico y provenía de Benicarló, una localidad costera de la región de Valencia. Este vino era elaborado con el agregado de mosto fermentado cocido durante la fermentación, para preservarlo por más tiempo.

La uva principal era la Garnacha, la vid de esta variedad da muchas frutas y tiene una carga importante de color y taninos. Este vino era de color muy intenso, con mucho tanino, denso, con gran cuerpo  y una graduación alcohólica que llegaba a los 17 grados aproximadamente.

Debido a todas estas características era muy difícil beberlo solo y es aquí cuando se comienza a rebajar con un poco de agua, esta costumbre se traslada a nuestros días pero con hielo y soda. ¡Toda una tradición para mi viejo!

El nombre de Benicarló fue abreviado por los pobladores a Carlón. Entre el año 1500 y 1900 fue un vino con una gran popularidad y luego comenzó rápidamente a perder fuerza de venta, la producción argentina comenzó a mejorar la calidad y precio ganando terreno fácilmente. Luego de la plaga de la Filoxera en 1870 que devastó gran parte de las vides de España, el Carlón empezó a realizarse, según dicen, en nuestro país con la uva Criolla. Todavía pueden verse algunos viejos galpones en la provincia de Buenos Aires que por encima de sus portones esta la palabra “Bodega”.

¡Viva la Patria!.