Hablemos de suicidio

Hablemos de suicidio

Es un tema tabú, no figura en la agenda de los medios salvo cuando suceden, y eso le quita posibilidades a un abordaje a tiempo para atenuar el impacto de este problema.

Pareciera que al igual que en su momento sucedió con el divorcio, en que su tratamiento público era considerado una manera de influir en favor del tema y se pensaba que multiplicarían en número por el solo hecho de hablar o aprobar una Ley, el suicidio se mantiene en un cono de sombras del cual es indispensable sacarlo si pretendemos evitar muertes innecesarias.

Santa Cruz, según mencionan en la Fundación “Un día a la vez”, se ha referido en reiteradas ocasiones a ejemplos claros de casos en los cuales en mayor medida, se vieron involucrados jóvenes.

“Lamentablemente, cuando nos convocan muchas veces ya es tarde”, se lamenta Oscar Berón, uno de los responsables de la entidad que trabaja en la prevención y contención de personas y familias que atraviesan este difícil escenario.

Los esfuerzos que realizan con los pocos recursos con los que cuentan son titánicos, pero a la vez insuficientes si no se alcanza una resonancia acorde a un problema que, producto del aislamiento y las consecuencias económicas por efecto de la pandemia y las secuelas de la misma enfermedad producida por el Covid-19, debería mantenernos en atención permanente.

“El tema no está en agenda, trabajar el trastorno de comportamiento suicida no es una prioridad, muchas veces se lo minimiza, constituye un tema tabú, y vamos a seguir llegando tarde si no se adoptan mecanismos de prevención”, acota.

Berón integra la cuarta promoción de suicidólogos del país, lo que pone de manifiesto que no hace mucho tiempo que se preparan profesionales en el abordaje en cuestión y que interactúen desde un lugar más específico.

“Hay muchísimos mitos con respecto al tema que todavía no se lograron desmentir con la firmeza que es necesaria. Para algunos hablar de suicidio con los jóvenes es meterles ideas locas en la cabeza pero cuando lo hacemos se percibe que tienen mayor claridad que los adultos con respecto al problema y eso les ayuda en gran medida a darle una mano a sus pares”, enfatiza (ver foto).

Desde la psicología siempre se ha planteado que poder poner en palabras los sentimientos y emociones es un primer paso, aliviador, hacia la solución de los conflictos; en este caso, negarse a hablarlo, a discutirlo si es necesario, no ayuda.

“Seguimos entre las provincias con elevados indicadores de suicidios, nosotros recibimos consultas de muchos distritos, en la nuestra hay tres localidades interesadas en firmar convenios para comenzar a dar capacitaciones, incluso establecer un lugar físico donde podamos brindar contención de forma presencial al menos una vez al mes, hoy contamos con líneas telefónicas que funcionan las 24 horas todos los días” añade.

En el ámbito local se han logrado algunos avances que se suman a la sede propia que en la actualidad funciona en la calle Pioneros 281 en el barrio Las Piedras: mediante conversaciones con la SENAF se incorporarán en ese ámbito capaciones sobre la problemática y se estrecharon vínculos con médicos de la guardia del hospital SAMIC para intervenir en los casos que así lo requieran coordinando acciones.

“Es necesario poder intervenir a tiempo, y para que eso suceda, hay que trabajar muy fuerte en un cambio de pensamiento que tienda a afrontar y no esconder el tema. Las personas que sufren intentos de suicidio en realidad no quieren morir, solo quieren dejar de vivir en el sufrimiento en el que están”, concluye Berón.

Las vías de contacto con la Fundación “Un día a la vez” son las siguientes: 02966-15447830 y 02902-498233, en face Un día a la vez, por mail a [email protected] y en Instagram fundacionundiaalavezcalafate