Necesitamos escuelas seguras en Santa Cruz
El futuro de nuestros hijos y nietos está en peligro, y la culpa no la tienen las calderas … sino los funcionarios que no funcionan … por acción u omisión.
Por el Ing. Carlos D. Iglesias
La reiteración y gravedad de incidentes (no accidentes) en los sistemas de calefacción en escuelas provinciales hablan de un problema estructural más que ocasional, ponen en serio peligro físico no solamente a alumnos, sino también a personal docente, auxiliar y hasta de mantenimiento.
Se paraliza la actividad gran parte del ciclo lectivo y refleja el panorama general que atraviesan los establecimientos educativos, por lo que resulta imperioso abordar su solución de inmediato.
De continuar esta situación y no atacarse las causas que los puedan producir, a futuro, tendrán culpables con nombre y apellido.
Quien debiera solucionarlo es el Estado Provincial a través de su brazo ejecutor, el Consejo Provincial de Educación, su obligación no debe derivarse a terceros. Hay que identificar a la brevedad las causas que los producen y determinar las medidas necesarias prolongadas en el tiempo, para prevenir y garantizar la seguridad de la comunidad educativa.
Su responsabilidad trasciende los tiempos políticos y abarca a toda la línea jerárquica, tanto en épocas pasadas como en las actuales, por su repetición y las posibilidades de tragedia.
Es un contrasentido que, mientras el Estado promueve y exige a los padres y ciudadanos la escolarización de sus hijos basándose en la confianza que la sociedad deposita en él, olvida de cuidar su integridad física cuando están bajo su protección.
Al incumplir su función impide su culturización y atenta y limita su posibilidad a futuro de obtener trabajos dignos que les permitan una vida mejor, condenándolos a la pobreza de por vida, en un mundo cada vez más competitivo.
Las potencialmente graves consecuencias ante un eventual incidente, como los que han ocurrido y pueden ocurrir en instalaciones escolares de Santa Cruz, se equipara con los que suceden en accidentes aéreos y en ascensores de edificios, los cuales están suficientemente tipificados legalmente desde antiguo, con causas y responsabilidades penales.
El hecho de delegar el mantenimiento en una empresa de servicios no libera responsabilidad al que la hubiera contratado, es compartida entre las partes, con el agravante que entre las potenciales víctimas se encuentran menores de edad que son convocados por quienes los debieran proteger.
Cabe también, aportar ideas y propuestas tendientes revertir esta situación.
En lo inmediato, relevar durante el próximo receso de verano el total de las necesidades de mantenimiento en instalaciones de las escuelas provinciales y asegurar que estén en óptimas condiciones para el inicio de las actividades en 2025 y así evitar suspensiones por imprevistos.
Se deben determinar los tiempos para ejecución de refacciones en cada rubro y evaluar costos aproximados de mano de obra; simultáneamente, definir la infraestructura de los nuevos edificios escolares teniendo en cuenta el factor topográfico y climático de la provincia.
Urge definir una unidad ejecutora de escuelas seguras que, mediante un trabajo articulado y progresivo, analice posibles riesgos, estrategias de prevención y las adecuaciones y mejoras en los establecimientos educativos existentes (en algunos casos la problemática es estructural) y permita garantizar el inicio de las clases en las mejores condiciones edilicias.
Dicha unidad debiera estar integrada por la Subsecretaría de Infraestructura Escolar, la Dirección de Mantenimiento Escolar del CPE, el Vocal por los padres, el/la Referente de Seguridad de la escuela y la Empresa de Mantenimiento contratada.
Cada escuela debería designar al/la referente de seguridad, quien llevaría el registro y el seguimiento de las adecuaciones de higiene y seguridad en el edificio. Debería existir al menos un/a Referente y un/a suplente por turno con presencia obligatoria en el establecimiento en todo momento.
Correspondería la habilitación de una plataforma digital de escuelas seguras, con el fin de encriptar el intercambio epistolar por correo electrónico entre las 285 escuelas provinciales y las autoridades de CPE, además de reclamos y compromisos asumidos del equipamiento de calefacción y de otros sectores, como la información propia de cada institución educativa.
Esto evitaría “malentendidos” y “no respuestas a notas y reclamos”, situaciones relevantes cuando ocurre algún incidente. Tendrán acceso independiente, con clave individual, la totalidad de escuelas provinciales, tanto para los sectores gubernamentales de control, incluida la representación de padres en el Consejo de Educación, de la persona designada como Referente de Seguridad, y del Jefe del Equipo de la empresa de mantenimiento de cada escuela.
Deberá contener también:
a) Referente de Seguridad, sus responsabilidades y tareas. b) Plan de evacuación c) Plan de mantenimiento normas, procedimientos (con diagnóstico, evaluación y medidas correctivas) y registro escrito de las garantías de trabajos. d) Cronograma de trabajos mensual y anual. e) Historial de cada equipo: fecha instalación. datos compra, garantía, mantenimiento realizado, etc.
Las empresas de mantenimiento privadas contratadas deberían estar encabezadas por un técnico habilitado con responsabilidad ante los entes participantes y personal idóneo en cada actividad relacionada con requerimientos escolares, con un contrato bianual y prorrogable por voluntad de ambas partes con asignación de uno o varios establecimientos educativos a los que realizará una inspección general mensual y acudirá rápidamente en una emergencia.
Se debe propender a cumplir en tiempo y forma con las exigencias del sector educativo (usualmente el mes de julio y los meses de diciembre, enero y febrero de cada año) para reparaciones de envergadura. Todas las observaciones deberán ser informadas a al/la Referente de Seguridad quien las volcara a la Plataforma Digital, informando a superiores si el motivo lo amerita.
También la empresa proveedora de gas debiera realizar, antes del comienzo del periodo lectivo anual, la inspección técnica de la instalación (equipos y circuitos). El resultado de esta acción deberá informarse en la plataforma digital.
El departamento de compras deberá disponer de un stock prudencial de repuestos, necesarios para evitar demoras ante urgencias, además del acopio previo para mantenimientos programados.
Se desarrollará un proceso de selección de componentes, debido a la diversidad de modelos de calderas actualmente instaladas (por marcas y capacidades) y de accesorios complementarios de remplazo (vasos de expansión, bombas, válvulas, radiadores, etc.), con repuestos legítimos para evitar la improvisación de reposición y reducir el gasto en su adquisición e inversión en stock.
Se debieran ir seleccionando las calderas por calidad, cumplimiento de normas (nacionales o internacionales), stock de repuestos en el mercado, precio y menor plazo entrega y reputación del vendedor. Ello permitiría unificar y estandarizar, minimizar el stock de reserva, los plazos para emergencias y simplificaría los procesos administrativos de compra y seguramente con menores costos.
Para estas decisiones es importante tener en cuenta también que la vida útil estimada de las calderas es de aproximadamente 15 años, y en corto plazo remplazarlas por sistemas con bombas de calor.
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