25 años juntos
Atravesamos crisis económicas, cambios de staff y dirección, renovación tecnológica y pandemia pero aquí seguimos, en sus manos, gracias a ustedes.
Carta Abierta de El Calafate fue el último eslabón de una cadena de proyectos similares en diferentes lugares de la Argentina e incluso Uruguay, y hoy es el único que se mantiene vigente en circulación.
Aquella idea de Jaime y Álvaro que se comenzó a plasmar como periódico barrial primero en San Isidro, San Fernando y Vicente López amplió su proyección a Azul, el norte argentino y Punta del Este.
En febrero del 2000 y de la mano de Cecilia Smart hizo su aparición en nuestra por aquel entonces pequeña localidad con el mismo objetivo que tuvieron sus antecesores: fortalecer las instituciones con mayor visibilidad de su accionar y darle voz a aquellos que quizá no podían hacerse escuchar.
Reflejamos distintos momentos de la vida cotidiana de la ciudad y sus vecinos, algunos gratos, otros no tanto, en ocasiones en medio de fuertes discusiones por causas que requerían de un llamado de atención más elevado.
Más allá de algunas interpretaciones políticas y descalificaciones gratuitas, el norte de Carta Abierta siempre estuvo orientado a generar un espacio de debate de ideas y no de polémicas tan estériles como inconducentes.
Aún en momentos de suma confrontación ideológica apuntamos a mantener el equilibrio, la observación y el análisis como herramientas indispensables para el ejercicio de una profesión que requiere alejarse de los extremos, sustentar contenidos en información fehaciente y comprobable y abordarla de manera criteriosa.
Consideramos al periodismo como la posibilidad de contribuir a entender lo que nos pasa, no nos alcanza con solo contarlo, creemos fundamental ir un paso más atrás y en perspectiva, pensar y opinar con bases sólidas sobre aquello que le dio origen a esos acontecimientos.
No fue fácil, es cierto, pero esa convicción y vocación hizo que nuestro trabajo fuera reconocido por aquellos que no buscan en la prensa ratificar lo que ya piensan con antelación sino abrir sus mentes a otras posibilidades de razonamiento y argumentación.
Llegamos hasta estos 25 años en tiempos en los que se presumía que la opción del papel, en franco retroceso, iba a ser obsoleta y desaparecer, pero confiamos en que todavía hay futuro si se complementa con aquello que masivamente se ha incorporado a nuestras vidas desde la aparición de Internet y las redes sociales.
Lo ratificamos cada vez que ustedes toman un ejemplar de los comercios y se lo llevan a casa, cuando nos cruzan y nos dicen que tienen guardados tal o cual edición porque salieron en una nota o en el Sonría, cuando los turistas lo trasladan a sus ciudades de origen cual si fuera un recuerdo más de la ciudad.
Nos sobrepusimos a múltiples inconvenientes y aquí estamos, porque los lectores nos esperan cada mes, porque nuestros auspiciantes de la actividad privada acompañaron y acompañan este proyecto que se sostiene casi de manera exclusiva con sus aportes, ya que la publicidad oficial ha sido bastante esquiva en estas dos décadas y media.
Por eso y en este momento de transición tan difícil para todos los argentinos, queremos poner en valor ese apoyo constante que recibimos para seguir adelante, con más o menos páginas, con temas de agenda que muchas veces son recurrentes lo que demuestra que aunque el tiempo pase no se han podido o querido resolver, pero que desde estas páginas se seguirán planteando por sugerencia de nuestros lectores o por iniciativa propia.
Gracias, infinitas gracias por permitirnos ingresar a sus casas, acompañar sus esperas en los bancos o negocios, transmitirnos sus opiniones y sus críticas para poder mejorar, ayudarnos a seguir vigentes en la vida cotidiana de El Calafate.
Fernando Goyanes
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