Ciclismo: Descubrir, disfrutar y conservar la bahía Redonda

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La suerte está de nuestro lado y como casi todos los años, el espejo de agua de más de 700 hectáreas se congeló.

Esa enorme superficie en estado sólido constituye un lugar propicio para desarrollar actividades al aire libre, solos o en grupos, ya sea patín, remolque o impulsión de trineos, u otro tipo de actividad deportiva y recreativa.

Entre ellas, claro está, el ciclismo, que fue la que nos convocó el pasado domingo frente al playón donde tiempo atrás supo estar la sede del Club Andino Lago Argentino, devorada por el fuego un 31 de diciembre de 2007.

La respuesta a la convocatoria efectuada un día antes fue muy satisfactoria, muchos amigos apasionados por el uso de la bicicleta y deseosos de realizar la actividad sobre el hielo de la bahía acudieron al convite.

A ellos se sumaron algunos turistas que optaron por quedarse en nuestra ciudad una vez que la pandemia se trasladó de país en país. Alemanes, españoles, mejicanos y rusos se acercaron, al igual que numerosos curiosos que luego pasaron a la acción y montaron las bicicletas de ruedas anchas (fat bikes) para vivir una experiencia que no es tan habitual como pedalear sobre hielo y con ese rodado seguro y divertido.

El día acompañó con una temperatura apropiada, y el agua de la bahía con la firmeza de diez centímetros de espesor le aportó seguridad a la práctica, de la cual se registraron innumerables imágenes, algunas de las cuales compartimos en esta nota.

Cabe recordar, principalmente para aquellos que hace poco habitan en El Calafate, que la bahía Redonda forma parte del humedal que junto a la laguna Nimez constituyen un atractivo protegido de interés para muchos turistas que llegan a nuestra ciudad y no pocos vecinos que le ponen valor a esa declaración legal mediante su uso responsable y disfrute.

Las restricciones del área prohíben la circulación de vehículos a motor por su efecto contaminante, y es aconsejable acudir sin mascotas las que constituyen un peligro latente para la fauna silvestre, muchas veces atacada por los perros sueltos.

Es de ciudadanos responsables llevarse de regreso a casa y darles el tratamiento apropiado a los residuos que se pudieran generar durante la visita, y ayudar en la difusión de estos cuidados para que tanto nosotros como quienes nos sucedan, puedan disfrutar de este entorno natural con el menor deterioro posible.

¡Gracias a todos los que se sumaron a la propuesta, seguramente habrá nuevas oportunidades a futuro…!