La oposición tiene voto, pero no tiene voz
Luego de las elecciones, la mayoría de los candidatos retornó a sus casas; se empiezan a escuchar a los sindicatos. ¿Crisis de representatividad?
Falta poco más de tres años para los próximos comicios a cargos ejecutivos, pero en el mientras tanto, parece que ya no hay nada para expresar y que todo funciona de maravillas.
Aquellos problemas que se enumeraron durante las campañas o se solucionaron o desaparecieron, aunque en realidad, los que desaparecieron fueron los candidatos.
Los ya de por si desdibujados partidos políticos parecen haberse atomizado como producto de un nuevo contexto político que se mueve al ritmo que marca Milei y sus apóstoles, y nadie parece hacer buen pie aún.
El comienzo de la gestión Vidal en Santa Cruz generó expectativas que poco a poco se diluyen a la par que se producen renuncias de sus colaboradores y las decisiones nacionales le alteran la agenda al gobernador, que a los problemas propios debe sumar los daños colaterales que le ocasionan esas medidas.
Mientras tanto, en el pago chico, los días se suceden en medio de una inercia que preocupa, porque los signos de las dificultades en ciernes se empiezan a apreciar aunque miremos para otro lado.
El radicalismo decidió recluirse hacia adentro y los resultados electorales fueron un golpe de gracia al centenario partido que tiene su Comité cerrado y parece esperar que algo los vuelva a incentivar.
Tanto el Pro como Encuentro Ciudadano están pagando las consecuencias de sus alianzas con el SER, no lograron afirmarse en la estructura provincial y en lo local, los costos de constituir el frente dejaron fracturas que paralizaron la vida institucional.
La izquierda encuentra en temas de agenda nacionales como la situación universitaria y la Ley de Bases canales de expresión, pero en la realidad calafateña la ausencia de opinión es evidente.
Los libertarios, felices por el triunfo del león todavía no capitalizaron esa ola en beneficio propio en El Calafate, aunque se habla de un uso compartido del espacio físico de los radicales como una manera de mantener presencia (y compartir gastos). ¿Posible alianza a futuro? Nadie lo confirma, pero tampoco lo niegan.
En cuanto a los partidarios del SER, decidieron conformar Base Peronista en la localidad en una reciente reunión en la que le dieron forma y estructura, cuando comenzarán a actuar de manera visible es una incógnita.
En este mar de fondo de la política en el que el oficialismo hace la plancha y la oposición está ausente sin aviso, el sindicalismo comenzó a alzar la voz.
La presencia de UTA movilizándose en las calles con la intención de posicionarse en El Calafate se suma a lo que tiempo atrás plasmaron los representantes del personal embarcado para cambiar el encuadre de los trabajadores.
¿Se vendrán nuevas tormentas en otras actividades bajo convenios aplicados con fórceps?
Cuando la política no resuelve, la justicia no es eficiente, el flujo de dinero hacia los bolsillos de la gente se hace menos palpable, el estado achica su billetera y la actividad privada al igual que la obra pública se restringen, los laburantes, desocupados y descontentos buscarán otras vías para gestionar y lograr recibir algo de lo poco que queda dando vueltas.
Fernando Goyanes
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